martes, 4 de mayo de 2010

El egocentrismo contextualizado.



Es tan genial estar seguro de algo, de tener tantos argumentos que apoyen una idea de como eres como para que nadie te la pueda tirar por los suelos. Y lo mejor de todo es cuando lo intentan y tu mismo ves que se dan contra la pared esa pared que está llena de argumentos hormigonados, los cuales has mirado que no tengan ninguna grieta o fallo, y sobretodo de creértelos ya que en este caso son la base de tu filosofía de vida. Estoy muy seguro dentro de esos muros pero cuando alguien los golpea y se cree que causará grietas y que hasta podrá entrar lo que hace es fortalecer involuntariamente, esos muros.


Y ahora en cristiano; cuando alguien te intente decir como eres y su opinión sea muy contraria a la que tu ya te has creado de ti mismo y te intente embaucar para entrar a formar parte de algo muy tuyo que es tu propia vida, intentando hacerte creer que esos muros no son tan resistentes como crees, que tu mismo te estás engañando creyéndote la fortaleza de esos muros. Tienes dos alternativas para que no derrumbes todo tu mismo. Puedes escucharla (a esa persona) y simplemente hacer como si oyeras el viento a fuera sin temer que pueda derrumbar tus muros ya que no va a poder por simple desigualdad y estar siempre con la conciencia tranquila ya que sabes que si esa persona entra no va a ir bien la cosa, o hacer trampa, apagar el juego ya que esa persona no lo sabe pero quiere jugar y igualmente saldría perdiendo. Y creo que a casi nadie le gusta ser el malo de la película.


Pd: podríais pensar que los muros se ponen para protegerse de algo a lo que se tiene miedo, pero tampoco falta tenerle miedo, basta que moleste para seguir un camino.