lunes, 6 de septiembre de 2010

Sobre los logros y las desgracias de un individuo.



Lo que denota este título es realmente imposible de reproducir, en letras, exactamente como lo siente uno mismo, pero eso se intentará. Hay una frase más o menos famosa sobretodo en occidente que dice que la suerte es para perdedores. Otra lección que quiero comentar es la de atribuye tus logros a tus semejantes y tus derrotas a ti mismo. Vamos allá.

El primer enunciado relacionándolo con los logros, hace que por mera autoestima, muy importante en la sociedad actual, te la creas y no puedas atribuir los logros a la suerte o por otra parte que ni creas en la suerte, ya seas ganador o no. Por lo que solo te queda atribuirlos a ti mismo, o a los que te rodean. Realmente si atribuyes los éxitos a ti mismo tendrás el papel de ganador en el juego y podrás reclamar lo que te pertenece, más logros y seguramente lo conseguirás por la autoestima que te provoca entender que tu solo has conseguido algo grande y que a simple vista parecía imposible hasta para tus ojos de ganador. En caso de atribuir tu éxito a los demás te puedes mantener en una posición neutral en la cual no tienes porque tener el papel de ganador ni de perdedor, ser uno más. Aunque a la mayoría de los humanos no nos gusta la idea de ser uno más.

Aquí todo el mundo elegiría la primera opción, la de ganador, pero esta opción implica riesgo, como todo logro en esta vida. Este riesgo puede hacer que pases directamente a un piso 40 de una torre al primer piso, y pensarás, bueno no pasa nada, voy a volver a ser ganador y a subir pero generalmente eso no pasa. Esa bajada de pisos no es por las escaleras, sino por un ascensor y además de forma muy brusca. Tener entendido que lo puedes conseguir casi todo y que en eso se base casi todo tu disfrute de la vida y que luego algo te haga descender y acabe con esa concepción es comprensible que duela. Lo suficiente como para no volver a subir. No estoy hablando de caer y levantarse, de eso hablan en la “Superpop” o en alguna otra revista para gente influenciable de pocas luces. Hablo de que te rompan en mil pedazos todo tu motor vital. Esa desgracia hace que te replantees si no es mejor ser neutral que ganador. La pregunta importante que la gente se debería hacer aquí es la de si vale la pena entrar en el rol del ganador o perdedor. Lo que digo yo es que si quieres ser ganador primero creetelo tú, después actúa como tal en todos los ámbitos que sea posible. Cabe decir que esta figura de ganador, no es una figura soberbia, ni mucho menos creída ni ilusa, simplemente hace lo correcto en el momento adecuado y lo sabe. Ser perdedor no se lo recomiendo a nadie, vosotros mismos podéis juzgar, alguna derrota habréis tenido. Por tanto, a los ganadores, no perdáis vuestra habilidad, a los perdedores que les sirvan sus derrotas para hacerse de un material mas resistente, y a los neutrales que son unos aburridos.

En este juego de la vida existe, pero, otro tipo de elemento, el jugador que juega dentro con una tercera persona pero fuera es él mismo y puede analizar lo que pasa dentro. Este jugador tiene la posibilidad de estar en las 3 formas de jugador y además tiene un conocimiento mas elevado que los otros, porque sabe que está jugando. Conseguid ser ese que está por encima, solo por autoestima, para sentiros mejor que el ganador, para ayudar al perdedor, por humanidad, por aspiración, por ser el verdadero ganador. Contradictorio si.

martes, 4 de mayo de 2010

El egocentrismo contextualizado.



Es tan genial estar seguro de algo, de tener tantos argumentos que apoyen una idea de como eres como para que nadie te la pueda tirar por los suelos. Y lo mejor de todo es cuando lo intentan y tu mismo ves que se dan contra la pared esa pared que está llena de argumentos hormigonados, los cuales has mirado que no tengan ninguna grieta o fallo, y sobretodo de creértelos ya que en este caso son la base de tu filosofía de vida. Estoy muy seguro dentro de esos muros pero cuando alguien los golpea y se cree que causará grietas y que hasta podrá entrar lo que hace es fortalecer involuntariamente, esos muros.


Y ahora en cristiano; cuando alguien te intente decir como eres y su opinión sea muy contraria a la que tu ya te has creado de ti mismo y te intente embaucar para entrar a formar parte de algo muy tuyo que es tu propia vida, intentando hacerte creer que esos muros no son tan resistentes como crees, que tu mismo te estás engañando creyéndote la fortaleza de esos muros. Tienes dos alternativas para que no derrumbes todo tu mismo. Puedes escucharla (a esa persona) y simplemente hacer como si oyeras el viento a fuera sin temer que pueda derrumbar tus muros ya que no va a poder por simple desigualdad y estar siempre con la conciencia tranquila ya que sabes que si esa persona entra no va a ir bien la cosa, o hacer trampa, apagar el juego ya que esa persona no lo sabe pero quiere jugar y igualmente saldría perdiendo. Y creo que a casi nadie le gusta ser el malo de la película.


Pd: podríais pensar que los muros se ponen para protegerse de algo a lo que se tiene miedo, pero tampoco falta tenerle miedo, basta que moleste para seguir un camino.

domingo, 11 de abril de 2010

Vosotros mismos.



Bueno, después de un largo tiempo sin decir ni mu por aquí, ya sea por herida de vampiro del desenfreno y la mala vida o por puñalada del espacio tiempo en general a mi tiempo en especial, vale ya de parábolas roñosas y a lo que iba.

Bueno como siempre me han pasado distintas cosas que me han llevado a algunas reflexiones con las cuales me podría distender pero, para que contarlas si lo mas importante es tocar las cosas con la nariz aunque sin explicarlas se pueden comentar y así introducirlas de alguna forma para que cuando alguien las toque con la nariz suene en su cabeza un maternal “te lo dije” o para que la nariz no quede hecha migas como cuando un cristal está muy limpio, crees que puedes pasar y... en fin.

Ahí va una conclusión nada despreciable a mi parecer para un mortal; en la medida está lo bueno. Y de aquí se pueden extraer tantísimos aprendizajes mas específicos, en la vida social, en el amor, en el alcohol, bueno lo dejo aquí, intentadlo si queréis ir un paso por delante.

La imagen: un dia de verano de 2008

martes, 19 de enero de 2010

En la cima del mundo occidental



Son las 2.30 de la madrugada cansado de buscar un helicóptero a radio control, con el cual me he encaprichado y en estos momentos me es imposible encontrar, ya que tengo una madre, que como todas las madres del mundo, tiene esa típica obsesión de “ordenarlo” todo como si le fuera la vida en ello y como si ordenar se tratara/ase de dejar mesas lisas y vacías cómo aceras vacías.

Me digno a escribir algo en esta página de auto reflexiones sobre la vida misma, después de esta breve introducción. Hablando de cosas a radio control me viene a la cabeza las palabras inmadurez y a la par y contrariamente la palabra aburrimiento. Pensareis, ya, claro, lo de siempre, el típico adolescente que cree que lo sabe todo, y que esta mejor sin crecer ya que cree que ser maduro es aburrido. Bueno es algo mas profundo que todo eso, que no se si os voy a poder hacer entender ese pensamiento y además compartirlo aunque lo de compartirlo tanto me da.

A esa gente que a eso llamado inmadurez, que la mayoría de gente percibe como algo malo que debe ser pasajero decirle que Nietzsche tiene una teoria muy interesante, la teoría del superhombre, esa teoria dice: “Al principio el hombre es como un camello que obedece sin quejarse, el camello posteriormente, se transforma en un león que se revela a todo lo que le oprime, a su amo e impone su voluntad y finalmente el hombre se transforma en un niño inocente, espontaneo sin prejuicios, libre, el crea sus propios valores, el crea su juego” el ser que tiene como propia finalidad, el mismo y su existencia y que la vida tiene que ser la clave última de todos los valores. Ese hombre está por encima del bien y del mal, es como un niño. Un niño que se limita a observar el mundo con asombro y no entrando en el juego del bueno y el malo, el se autorealiza e intenta no limitarse con moralidades absurdas y prejuicios. Para mi eso es ser maduro; aplicaros al cuento si queréis o mejor no, como dije en la anterior entrada, no lo hagáis, ya lo haremos otra gente, vosotros jugad al juego de joder y ser jodidos, tan banal y humano solo por hacer sentir algo al corazón.

Y para terminar aquí un fragmento de la serie "CALIFORNICATION" que ilustra muy bien la idea del bueno y el malo: "Aquí estamos, en la cima del mundo occidental y todos nosotros estamos tan desesperados por sentir algo, cualquier cosa, que seguimos chocando unos contra otros y jodiendonos el camino unos a otros hasta el fin de los tiempos".